Élder Aaron Hall:
Buenas noches. Extendemos una muy cordial bienvenida a cada uno de los presentes, así como a aquellos que están viendo esta transmisión en los lugares de reunión de jóvenes adultos solteros de todo el Área Utah.
Tenemos la bendición de contar hoy entre nosotros con el élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles. Lo amamos y lo sostenemos de todo corazón. Esta reunión se lleva a cabo bajo su dirección. También damos la bienvenida al élder Kevin W. Pearson, del Cuórum de los Setenta y Presidente del Área Utah, y a la hermana Sharon Eubank, directora del Servicio Humanitario de la Iglesia y quien prestó servicio como Primera Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro. Soy el élder Aaron Hall, Setenta del Área Utah, y se me ha pedido que dirija esta reunión.
El propósito de esta reunión y el tema central de nuestro análisis de hoy es la responsabilidad religiosa y las bendiciones espirituales de la educación superior y la formación académica. Comenzaremos viendo un breve video que se grabó en uno de los lugares de reunión para jóvenes solteros de Layton, Utah. A continuación, estaremos deseosos de recibir consejo e instrucción del élder Christofferson, el élder Pearson y la hermana Eubank. Tendremos la bendición de escuchar al élder Christofferson para concluir esta reunión.
Les agradecemos a todos esta noche por su asistencia y los invitamos a participar cada semana en el lugar de reunión para jóvenes adultos más cercano. Veamos el video.
Hombre 1:
Nos encontramos conversando con algunos JAS sobre sus metas en materia de educación y los diferentes caminos que han seguido en su formación académica. ¿A quién tenemos hoy aquí?
Hombre 2:
Soy Ryan Crawford.
Hombre 1:
¿Asististe a la universidad o recibiste formación profesional?
Hombre 2:
Sí, obtuve una licenciatura de Humanidades con énfasis en arquitectura, y luego una maestría en arquitectura. Desde el principio, en séptimo grado, conocí al arquitecto del Templo de Roma, y eso hizo que me interesara por la arquitectura.
Mujer 1
Yo fui a la Escuela Técnica Ogden-Weber. De hecho, recibí mi formación durante la escuela secundaria. Hice el primer semestre, en el último año, y cuando me gradué de la escuela secundaria, ya la había terminado; y seguí de inmediato con mis estudios.
Mujer 2
Acabo de regresar de mi misión en Fort Worth, Texas. Antes de eso cursé un año en la Universidad Utah State; en estudios generales y, ahora, hace un par de días, regresé a Weber State y voy a estudiar ciencias de la rehabilitación.
Mujer 3:
Me gradué en ventas profesionales. Mi padre trabajaba en ese campo, así que pude acompañarlo en algunos viajes de negocios. Tuve la oportunidad de conocer a algunas personas, ampliar mi red de contactos y ver lo que él hacía; y la verdad es que me encantó la idea de trabajar con personas.
Mujer 4:
En este momento estoy terminando mis estudios generales, pero haré cursos de zoología para poder obtener un título en zoología.
Hombre 3:
Actualmente asisto a la Universidad Roseman de Ciencias de la Salud. Estoy en la facultad de Farmacia.
Hombre 2:
Estoy muy agradecido por tener el Evangelio en mi vida, que me brinda guía en cuanto a mi formación académica. Uno de los cursos a los que asistí fue el de Respuestas proféticas y preguntas proféticas, y poder aprender de nuestro profeta actual y de las formas en que funciona el mundo moderno me ayudó a dar respuesta a muchas preguntas sobre dónde debo estar, hacia dónde debo ir, y me ayudó a encontrar el camino profesional en el que me encuentro ahora.
Mujer 3:
Mi bendición patriarcal dice que el hecho de saber dónde estudiaría y lo que estudiaría edificaría en gran manera mi testimonio, así que creo que yo esperaba un momento en que algo hiciera “clic”. Durante mis años de estudio, al incluir al Señor en mi vida y orar y seguir adelante, cuando parecía que no sabía exactamente lo que quería hacer, sentía paz. Al final del día, miras hacia atrás y puedes ver la mano del Señor.
Mujer 4:
Siempre quise ser veterinaria. Solía pensar: “¡Santo cielo, sería genial trabajar con todos esos animales!”, ya que siempre me han gustado los animales; siento debilidad por ellos.
Hombre 3:
De hecho, en la escuela tuve muchas dificultades. Tuve que reunirme con mentores y asesores para encarrilarme de nuevo, así que ha sido un camino muy duro; pero también he sido muy bendecido por la oportunidad de seguir estudiando.
Hombre 2:
En ocasiones me sentía muy solo. Vivía solo y estudiaba en línea, así que a veces no sabía a quién acudir. Pero estar en el Evangelio, poder acudir a mi Padre Celestial, leer las Escrituras, saber que tenía amigos a mi alrededor y las clases de Instituto en la Iglesia realmente me mostraron la dirección y el camino que debía tomar en mi vida.
Mujer 1
Al conocer a todo tipo de personas y diferentes clientes, veo destellos de Él en cada uno. Sí, eso me ha acercado mucho más al Salvador.
Mujer 2
Me cuesta mucho administrar mi tiempo, y sin duda tengo un problema con la postergación. Creo que la escuela nunca fue naturalmente fácil para mí. Si puedo poner mi confianza en el Salvador y reconocer que Él puede ayudarme a llegar a ser quien deseo llegar a ser, que puedo ser una buena estudiante… no se trata de quién soy, sino de quién puedo llegar a ser.
Hombre 3:
Estoy en mi último año, así que estamos haciendo rotaciones. De hecho, acabo de terminar seis semanas en el departamento de emergencias de Intermountain; así que ha sido muy intenso. Siempre he sentido que el Padre Celestial en realidad no puede dirigir el barco a menos que este esté en movimiento. De modo que hago lo que puedo para ir en la dirección que quiero y, entonces, sigo el rumbo que el Padre Celestial tiene para mí.
Mujer 3:
Creo que el mayor desafío para mí probablemente fue comenzar la universidad. No había muchas mujeres en mi entorno ni en mi familia que hubieran completado una carrera universitaria, y yo suponía que seguiría el mismo camino, pero en mi bendición patriarcal decía que terminaría mis estudios superiores.
Mujer 2
Admiro a mi madre, probablemente más que a nadie en el mundo aparte del Salvador, claro está; pero ella es un gran ejemplo de Él. Siempre he querido ser como ella. Trabaja mucho, tiene un testimonio muy fuerte y me ayudó a llegar a conocer al Salvador. Se esforzó mucho por estudiar y me ayudó a reconocer el valor de la formación académica y lo importante que es en nuestra vida. Mis padres han sido un gran ejemplo para mí y me han enseñado lo importante que es el trabajo duro y el aprendizaje.
Mujer 4:
Cuando estaba en la escuela secundaria, hice una pasantía en una clínica veterinaria, y el doctor con el que hacía las prácticas era increíble; me encantó trabajar con él.
Mujer 3:
Me encanta Instituto. En la Universidad Weber State los alumnos no viven en el campus, por lo que es bastante complicado involucrarse y conocer gente. Una de mis mayores preocupaciones en cuanto a asistir allí era no tener una vida social. Pero esta se encuentra en Instituto. Ahí es donde está la vida social, así que pude involucrarme mucho en Instituto y lo considero una de las bendiciones más grandes de mi formación. Si pudiera volver atrás y hacer cualquier cosa, sin duda volvería y reviviría mi experiencia en Instituto.
Hombre 2:
El hermano Wardle estaba en la Universidad de Utah y me guio muchísimo en mi formación, porque sabía que podía acudir a él para recibir respuestas. Simplemente sabía que estaba de mi lado y me apoyaba.
Mujer 2
En la Universidad Utah State asistí a tres cursos de Instituto, y me gustaron muchísimo. Sentí que me ayudaron a entender que el Evangelio se aplica a mucho más que solo a la Iglesia los domingos; que realmente es el propósito de nuestra vida terrenal y que puede ayudarme no solo en mis clases de Instituto, sino en mis otras clases, y que el aprendizaje es una parte muy importante del plan del Padre Celestial para nosotros.
Hombre 3:
¡A veces puede ser realmente difícil! No sabes lo que va a suceder en tu vida, pero si le dedicas tiempo al Señor —vas a Instituto, preparas lecciones, sirves en un llamamiento—, Él te va a apoyar.
Mujer 3:
No podría sentirme más feliz ni más realizada en mi carrera, y me ha bendecido con innumerables oportunidades de estabilidad económica, pero también con oportunidades misionales. Estoy muy agradecida por las experiencias que tuve, por las maneras en que pude crecer y hacia dónde me ha llevado mi camino hasta ahora.
Élder Hall:
Es maravilloso estar aquí con ustedes esta noche. Acabamos de ver este maravilloso video de seis jóvenes adultos solteros, cada uno de ellos en un viaje único y maravilloso de formación y educación superior.
Mientras lo veía, me vinieron a la mente algunas ideas clave. Por ejemplo, algunos de ellos sabían desde el principio el camino que iban a seguir; otros lo aprendieron sobre la marcha y algunos todavía estaban tratando de entenderlo. Ninguna experiencia era igual a la otra.
Lo que me llenó de alegría fue observar que todos ellos incluyeron al Señor en sus esfuerzos, recurrieron a las enseñanzas proféticas y a las Escrituras, a la oración, a la bendición patriarcal y al poder espiritual. Algunos tuvieron mentores, otros, por supuesto, contaron con el apoyo de padres y amigos, y también están aquellos que se inspiraron en modelos a seguir a lo largo del camino.
Todos mencionaron que la lucha es real, que puede ser un camino difícil, y que dar el primer paso a veces puede ser lo más complicado. Y me alegró mucho ver, que parte de su desarrollo académico consistió también en un viaje espiritual; y aprendieron que esas cosas, que son seculares, son también espirituales, lo cual es muy importante.
Hermana Eubank, luego de ver este video esta noche, ¿qué fue lo que más le llamó la atención?
Hermana Eubank:
Es un video muy bueno, y voy a contar una anécdota sobre el élder Pearson; espero que no le importe. Pero vinimos juntos, el élder Hall, el élder Pearson y yo, desde el Edificio de las Oficinas Generales de la Iglesia hasta aquí. Pusimos las coordenadas y condujimos, salimos de la autopista, seguimos avanzando y llegamos a una capilla; pero el estacionamiento estaba vacío, y él dijo: “Esto está mal”.
Dimos la vuelta al otro lado; “tal vez los autos estén allí”. No, esa no era la capilla correcta. Y cuando llamamos a la operadora de la Iglesia, a soporte administrativo, a todas esas personas, nos dijeron: “No; están en el edificio equivocado. Y el élder Christofferson está en el edificio correcto, así que apresúrense”.
De modo que vinimos aquí a toda velocidad. Pero, al salir del auto, pensé: “Esto es muy parecido a lo que sucede en el proceso de aprendizaje, y en cualquier cosa en la vida. Haces planes, crees que sabes lo que estás haciendo, tienes los recursos, llegas y te das cuenta de que, ¡oh, esto no era!, y otras personas me están esperando en otro lado”.
Pero en lugar de sentirte avergonzado, usas los recursos y luego das la vuelta y lo arreglas. Gran parte de nuestra vida consiste en esos cambios de ruta, y es muy fácil sentirse mal y decir: “Oh, cometí un error y me desvié del camino”.
Muchas de las personas de ese video dijeron: “Me desvié. No sabía administrar bien mi tiempo, pero tuve un asesor que me ayudó a encarrilarme”, o “tuve un excelente maestro de Instituto” o “mi madre fue un gran apoyo para mí”. Y pensé que la clave es lo que esos jóvenes adultos dijeron: “Yo contaba con recursos; tenía personas que podían ayudarme”.
Élder Hall:
Así es. Y sin saber necesariamente por dónde empezar, encontraron su camino. Élder Pearson, ¿qué le llamó la atención?
Élder Pearson:
¿Usted mencionó que yo conducía?
Hermana Eubank:
Sí, lo hice.
Élder Pearson:
Bueno, lo que me impresionó —y he visto el video varias veces— fue que cada una de esas seis personas había desarrollado un nivel de dominio y enfoque. No creo que lo tuvieran al principio, y algunos de ellos lo mencionaron, pero lograron un nivel de confianza y enfoque. Me hizo recordar una maravillosa cita que el presidente Nelson les dijo hace algunos años, cuando dijo que ustedes tienen la capacidad de ser más sabios e inteligentes y de tener un impacto más grande en el mundo que cualquier generación anterior; tienen la capacidad de serlo.
Y a menudo he pensado: ¿cómo llegamos a desarrollar esa capacidad? Claramente, el trabajo arduo hace que se manifieste la capacidad. Y eso se podía ver en cada uno de esos participantes. Habían trabajado arduamente y tomado el rumbo que consideraron mejor; algunos de ellos cambiaron de rumbo, pero siguieron adelante. Y ese trabajo arduo no solo puso de manifiesto su capacidad, sino la confianza que tenían en sí mismos.
Y creo que eso es lo que la formación académica hace por cada uno de nosotros. Nos da un nivel de confianza en nosotros mismos y en nuestro potencial para marcar una diferencia en el mundo, y para ser más inteligentes y sabios que las generaciones anteriores.
Élder Hall:
¡Me encanta esa idea! Una de las cosas que dicen en este video es que el Señor no puede dirigir el barco a menos que este esté en movimiento. Tenemos que estar en movimiento. Élder Christofferson, ¿qué le vino a la mente?
Élder Christofferson:
¿Mencionó que yo fui a la capilla correcta?
Élder Hall:
¡Sí, lo hizo!
Élder Christofferson:
Gracias. Pienso que es interesante que siguieran caminos tan diferentes para avanzar en su formación. A veces no dejamos claro que no hay una ruta sola que sirva para todos, ni un único campo del saber o ámbito de trabajo que sea apropiado para la totalidad de las personas.
Así que espero que, al pensar en seguir adelante —algunos de ustedes, muchos de ustedes, supongo, ya han tomado un rumbo— recuerden que hay opciones. Pueden elegir. Algunas personas se dedican a las profesiones. Otras ingresan en el ejército. Otras se dedican a las artes. Otras optan por oficios, trabajos manuales o comercio, y todas ellas son excelentes opciones.
Es solo que tenemos que evolucionar desde donde estamos, como jóvenes, y continuar, como dice el presidente Nelson, en un aprendizaje para toda la vida. Tenemos que prepararnos. Necesitamos prepararnos. Él dice que es una obligación religiosa para que podamos estar al servicio de otras personas. No es solo para nuestro propio crecimiento o beneficio económico. Esas cosas son importantes, pero realmente queremos ser útiles a la sociedad, a la Iglesia y a la sociedad en general.
Así que quiero hacer hincapié en que no hay una única profesión, ocupación o formación que sea la mejor para todos nosotros. Cada persona elige un camino y, como se ha dicho, podemos cambiarlo a medida que avanzamos y aprendemos. No se espera que lo sepan todo al principio, porque no podemos ver el fin desde el principio. A veces es simplemente: “Dame hoy mi pan de cada día”, ya saben. “Necesito este día; daré este paso y ya veremos lo que hacemos después”. Y eso está bien. No es necesario que lo sepan todo.
Élder Hall:
Eso me da mucha tranquilidad, especialmente cuando pienso en mi propia trayectoria: tomé una dirección al principio, y luego me di cuenta de que tenía que cambiar lo que estaba estudiando. De hecho, opté por algo completamente distinto.
Me encanta el consejo que nos acaba de dar de que todo esto conduce a un fin. Comenzamos con el fin en mente, como nos ha enseñado el presidente Nelson de manera tan hermosa, y hay muchas opciones para llegar a él.
Élder Christofferson:
El fin en mente, pero no siempre está definido.
Élder Hall:
Amén, amén. Eso forma parte del proceso por el que pasamos. Hermana Eubank, al reflexionar sobre las opciones que tenemos a nuestro alcance, y también sobre ese aspecto espiritual de participar —no por la oportunidad secular, sino la espiritual—, ¿qué le viene a la mente?
Hermana Eubank:
Pues he traído una ayuda visual. Esta es una bolsa de regalo que recibirán porque les han invitado a una fiesta. Cuando a uno lo invitan a la fiesta de la educación, recibe esta bolsa de regalo desde el principio, y no tiene que esperar a graduarse para abrirla. Todo lo que necesita ya está en esta bolsa.
Ustedes vieron algunas de esas cosas que salieron en el video. Tienen todo tipo de recursos. Tienen bendiciones patriarcales. Tienen el templo. Tienen a sus padres. Tienen las Escrituras. Tienen Instituto. Hablamos sobre los especialistas en educación que hay en las estacas y sobre los mentores, que son algunas de las cosas que están aquí arriba y no pueden ver.
Pero la bolsa está llena, y si esperan para abrirla hasta que tengan la misma experiencia que tuvo Ryan, de “estoy en séptimo grado y sé que quiero ser arquitecto; el Templo de Roma me deslumbró”… algunas personas tienen esa experiencia, pero la mayoría no.
Y la manera de descubrir lo que están destinados a hacer es adentrarse de lleno, y hacer uso de su bolsa para recibir guía por medio de la oración, el Padre Celestial y las bendiciones patriarcales. Deben usar lo que hay en la bolsa y ponerse manos a la obra, y entonces encontrarán la respuesta.
Así sucedió en mi vida. Nunca pensé que sería directora de los servicios humanitarios de la Iglesia. No estudié para eso, pero llegó gracias a las oportunidades que surgieron de la preparación académica que recibí. Y el Señor preparó un camino para mí que yo nunca habría trazado por mí misma. Así que no olviden que tienen una bolsa, y todo el mundo va a salir de aquí con su bolsa de regalos, y no se olviden de abrirla. Aquí está la mía. Sí, justo ahí.
Élder Christofferson:
¿Hay chocolate?
Hermana Eubank:
Sí, en el fondo.
Élder Hall:
Siempre es importante para cualquier viaje, sin duda. Élder Pearson, ¿quiere añadir algo?
Élder Pearson:
Solo espero que no tengan miedo del trayecto. Mientras miraba esos videos, pensaba en mi propia experiencia como estudiante. En esas noches y esos fines de semana, mientras tenía tres empleos y trataba de terminar mis estudios en la Universidad de Utah y pensaba: “Nunca lo lograré”. Tú simplemente vas superando un trimestre a la vez, y piensas: “En realidad no me gustan estas clases; no me sirven para nada”.
Volví de la misión y pensé: “Debería saber exactamente lo que se supone que debo hacer, pero de alguna manera esa revelación se me escapó, y no estoy disfrutando de la universidad”. Así que se convirtió en algo laborioso y un poco tedioso. Pero creo que, para mí, eso fue parte del viaje de autodescubrimiento. Si hay algo que vale la pena, jóvenes amigos, es el trabajo arduo.
Habrá contratiempos. Tendrán ganas de tirar la toalla. Sentirán: “No puedo permitírmelo. Es demasiado difícil. Me está tomando demasiado tiempo. Preferiría seguir adelante con mi vida”. Pero no se distraigan por la dificultad que presente la senda, porque no es solo un trayecto educativo, como se demostró, sino un trayecto espiritual.
Y esos momentos y situaciones difíciles pueden acercarnos al Salvador, y así podemos reconocer que realmente necesitamos ayuda. Pero también podemos darnos cuenta de que realmente hay un plan para nosotros, y que el Padre Celestial y el Salvador ya han preparado una vía y desean ayudarnos. Solo tenemos que acudir a Ellos. Pero no tengan miedo del trayecto ni del esfuerzo.
Élder Hall:
¡Me encanta esa idea! Hay una frase que dice: “Lo difícil no es malo; lo difícil es simplemente difícil”. El trayecto puede resultar difícil, pero creo que eso está bien, que es normal que todos experimentemos esa oportunidad de atravesar el desierto antes de llegar a la tierra prometida. Qué bendición es disfrutar del trayecto y tener fe y esperanza en esa experiencia, reconociendo que el Señor nos llevará de la mano.
Hermana Eubank:
¿Puedo hacer un comentario al respecto antes de que continúe?
Élder Hall:
Por favor.
Hermana Eubank:
Cuando cantamos el primer himno, en la tercera estrofa de “Qué firmes cimientos” cantamos: “Pues ya no temáis, y escudo seré”. Eso me recordó una experiencia que tuve. Trabajaba en una pequeña tienda y no ganaba lo suficiente para pagar mis cuentas, y no tenía dinero para la matrícula.
Recuerdo que cerré la puerta de la tienda, fui detrás de unos estantes, me arrodillé y dije: “Tengo problemas. Simplemente no tengo los recursos económicos para perseguir mi sueño. Yo quiero hacerlo. Tengo la determinación, pero no tengo el dinero”. Y las palabras de ese himno vinieron a mi mente: “Pues ya no temáis, y escudo seré, que soy vuestro Dios y socorro tendréis”.
Y así fue. Él proporcionó los medios para que pudiera hacerlo, aunque en ese momento yo no los veía. Gracias a esa experiencia supe que el Padre Celestial es mi principal animador. Él es quien me anima, abriendo caminos incluso cuando no los veo. Y así sucedió en mi vida.
Élder Pearson:
Y ese trabajo arduo es el que realmente revela la capacidad en un sentido físico y en un sentido espiritual. Cuanto más se esfuerzan en algo, más aumenta su capacidad para hacerlo, ya sea para aprender a correr o en asuntos espirituales también. Y eso es parte de lo que el Padre Celestial espera: que el trabajo arduo le permita a Él revelarnos cuál es nuestra capacidad para las cosas y las tareas difíciles a medida que avanzamos por la vida.
Élder Christofferson:
Sharon, usted mencionó un par de veces un punto del video, que es involucrar al Señor en su camino, en sus objetivos académicos, en su aprendizaje, en todos los aspectos de su vida, obviamente. No sé qué es lo que pasa con nosotros, seres mortales en un mundo caído, para que a veces olvidemos eso. Quiero decir, parece tan real, tan natural, tan obvio, que a veces lo olvidamos.
Así que los animo a todos, incluyéndome a mí, a hacer de cada día, y de sus esfuerzos, un asunto de oración. Busquen en el Señor la ayuda que necesitan que quizás no sea obvia o no parezca disponible, o que no esté obviamente disponible para ustedes en un momento dado. He tenido el mismo tipo de experiencias en las que uno no ve el camino, pero el Señor prepara la vía, y a veces es suficiente por un corto tiempo, y tienes que regresar y obtener más ayuda. Pero no creo que eso sea malo.
Si aprenden a invocar al Señor y a confiar en Él día tras día, llegarán a conocerlo mejor. Si sienten que son totalmente independientes, que no necesitan ayuda, que no lo necesitan a Él, que no necesitan a nadie… probablemente no sea así, eso en primer lugar; pero a uno se le escapa la oportunidad de llegar a conocer realmente a su Padre Celestial y al Señor, porque es necesario que se vuelvan a Ellos.
Al final, uno no tiene nada más que su fe para sostenerse. Por lo tanto, no se engañen pensando: “Tengo que hacerlo todo por mí mismo”. El Señor desea ayudar. Ustedes están haciendo lo que Él ha pedido. Están haciendo lo que Él les ha aconsejado que hagan por medio del profeta. Entonces, ¿por qué no iba a ayudarles?
Si están en la senda que Él les pide que sigan, por supuesto que les dará la ayuda que necesiten por medio de otras personas y, a veces, directamente. Pero, como alguien mencionó antes, tenemos especialistas de estaca, especialistas en educación y mentores en los barrios. Y ustedes tienen muchos recursos a los que acudir: sus propios padres, mentores y amigos. Tienen muchos recursos. Pero el más importante es el Señor mismo.
Élder Hall:
Me encanta eso. “Consulta al Señor en todos tus hechos”.
Élder Christofferson:
Es una frase muy buena.
Élder Hall:
La he leído en algún sitio. Qué bendición es para nuestra formación académica y, por supuesto, para todo lo que hacemos en la vida. Élder Christofferson, como apóstol del Señor Jesucristo, usted también presta servicio como presidente de la Mesa Directiva de Educación de la Iglesia. Al pensar en las reflexiones finales que les diría a estos maravillosos alumnos de último año de secundaria que pronto se graduarán, así como a los jóvenes adultos solteros que esta noche se encuentran presentes, ¿qué más les diría?
Élder Christofferson:
Bueno, quiero destacar, como hicieron algunas de las personas del video, la importancia de Instituto y de las clases de Instituto. Noté que una joven mencionó que el primer beneficio era la vida social y la sociabilidad que proviene de ese entorno. Eso es importante, pero no sé si lo pondría en primer lugar.
Recuerden que el aprendizaje para toda la vida debe incluir un aprendizaje espiritual para toda la vida, no solo en el plano intelectual o de la formación profesional. Es un aprendizaje del Evangelio de Jesucristo para toda la vida. Y no se puede llegar al fondo de toda la riqueza del Evangelio en esta vida. Así que no teman usar todas las oportunidades para estudiar las Escrituras y saber cómo es el Señor y lo que ustedes pueden llegar a ser.
Para mí, Instituto ofrece muchas bendiciones, tanto directas como indirectas, en cuanto al conocimiento que se recibe y la oportunidad de relacionarse con otras personas, así como a la forma en que los eleva y fortalece para seguir adelante.
Y añadiría, ¿esta es mi última oportunidad de comentar? ¿Es así, verdad?
Élder Hall:
Puede continuar todo el tiempo que necesite.
Élder Christofferson:
Estaba pensando, mientras hablábamos de que las cosas eran difíciles, en un video que vi hace tiempo sobre un joven de la India. Tenía catorce años y era como un documental acerca de un día en su vida. Él tiene dos trabajos. Trabaja por las mañanas como repartidor en su bicicleta, y por las noches en un escaparate de una pequeña farmacia. En el tiempo intermedio, va a la escuela. En eso consisten sus días: trabajo, escuela, trabajo.
Llega a casa cuando ha oscurecido y dedica unas tres horas a hacer las tareas escolares; a las 11:00 de la noche cae rendido en la cama, que no es más que una manta y un cojín sobre el piso con sus hermanos, y se levanta para comenzar de nuevo.
Me sentí muy orgulloso de él, de verdad. No lo conozco. Nunca lo conocí y probablemente nunca lo conoceré. Su nombre era Amr. Pero él seguía adelante, y sus ingresos eran cruciales para el bienestar de la familia. Y me dije: “Es admirable, y es algo que cada uno de nosotros puede hacer”. Y yo diría que todos tenemos muchas oportunidades a nuestro alcance.
No quiero dejar de mencionar el Sistema Educativo de la Iglesia: BYU, BYU–Idaho, que es esencialmente de inscripción abierta, Ensign College y BYU–Pathway. En BYU–Pathway tenemos 80 000 alumnos en todo el mundo, para que se hagan una idea, muchos de ellos en África y en otros lugares.
Pero tenemos muchos aquí en los EE. UU., unos 15 000 alumnos en programas de grado y de certificación con Pathway. Algunos están en lo que llamamos Pathway Connect, un programa de preparación para los estudios universitarios —de nivel universitario, educación posterior a la escuela secundaria y experiencia y habilidades de aprendizaje—, lo cual me ayudaría. Me siento muy identificado con la persona que habló de la postergación, ¿saben? Bueno, no voy a confesar nada más.
Pero hay muchas opciones disponibles en el sistema de la Iglesia, y fuera de él; se han mencionado varias en este video. Así que hay muchas oportunidades que ustedes, afortunadamente, en este momento, en este lugar y en esta época de la última dispensación, tienen frente a ustedes. Aprovéchenlas.
Y, hermanos varones, permítanme decirles algo más. Debemos ser hombres en los que las mujeres puedan confiar, en los que los niños puedan confiar y en los que Dios pueda confiar. En este momento en que el Señor está desplegando la última dispensación y los preparativos para Su regreso, no podemos tener hombres que vayan a la deriva, que sean indisciplinados. Tenemos que ser los líderes que el Señor necesita y desea que seamos.
El aprendizaje es parte de ello, y esta noche los invito a comprometerse —con ustedes mismos y con el Señor— a prepararse para el templo y a recibir allí la investidura; a ser aprendices para toda la vida, lo cual forma parte de su discipulado del Señor Jesucristo, para que puedan servir a Sus hijos.
Estoy tan encantado de estar con ustedes y del espíritu que siento entre ustedes, e invoco las bendiciones de Dios sobre ustedes para que reciban respuestas a sus oraciones, que tengan la ayuda que necesiten cuando la necesiten, que reciban guía y que el trabajo arduo produzca resultados positivos y puedan seguir adelante en la vida, haciendo una verdadera contribución a Su obra, a quienes los rodean, a quienes más aman.
Les doy mi firme testimonio de Su realidad, la realidad viviente de Jesucristo. Todas estas promesas y oportunidades de las que hablamos son reales, porque Él es real, porque ha resucitado, porque tiene el poder, todo poder en el cielo y en la tierra. Y les doy esta certeza y esta bendición con gran gozo, en el nombre de Jesucristo. Amén.
Élder Hall:
Amén.